Procedencia imprecisa
¿Por qué se escribe? Siempre son intereses más bien subterráneos, vagos, oscuros. Fuerzas soterradas, principios naturales.
Al buscar
liderazgos no imagino un hijo de vecino, con olor a la comida de la tarde, a vulgaridad,
imagino algo popular, algo casi… cristiano, necesariamente sacrificado. Una
cuna más bien remota, hecha de paja, de arena. Hecha de desierto.
Como los
grandes poetas, grandes hombres, grandes extremistas.
Destino
paradojal del poeta, que expulsa la burguesía de las filas, con su procedencia
imprecisa, con su impulso primario.
Hizo valer
el verso, de que es “afortunado el que no tiene nada”, y dio ánimo a las
personas.
Y plantea algo
necesariamente más rudo o agreste.
Algo que me
vigorice, porque por la noche respiro lento.
Nos vamos
sin ningún equipaje, eso está claro. Y el inicio queda en algún lugar del
desierto.
Se abren
las riquezas, como un tesoro, y luego era más bien una especie de homeless. Un
espejo, o una sala vacía. Porque no generaba ningún tipo de envidia, o de
codicia, golpeaba o abofeteaba la lógica primaria.
Ibamos a la
vida, íbamos a la muerte, con desprecio a cualquier actitud cobarde…
Procedencia
imprecisa, como las tormentas, cuando solo es un cambio de aire. Una brisa.
Brisa de encrucijadas, en la que viven los poetas.
Se avecina
como hijo de una niebla. De un iris, de un vapor natural.
¿Los
sueños? ¿Por qué hablas de sueños, planteando futuros vulgares, que todos conocen?
¿Por qué instrumentalizar eso políticamente, sin siquiera detenerse? Escribir
libros y hacer el ridículo, porque no hay detención en ninguna página. En ningún pensamiento. Las cosas se banalizan.
¿Los
sueños? Los sueños son un ave paradísea. Algo chocante, estrambótico,
Imposible
Algo que te
abofetea desde la entrada, y no está a disposición política, sin “ideales”
baratos, de esos que tienen el plazo de la próxima semana…
Estoy
viendo algo cada vez más opaco
La gente
quiere otra cosa
Algo como “la
felicidad o una isla”, a lo mejor
La gente
quiere un vapor de niebla
El momento
en que el sol la llena de colores
La gente no
quiere una reunión de ridículos
Que traen
ridiculez
Después de
caminar, de seguir, de experimentar, de envejecer, pienso que no voy a cruzar la cordillera, o a nadar de un
extremo a otro, por el placer de flojeras cobardes, y sí lo haría por algo
delicado, por un desposeído. Desafío, es la palabra.
Llegué a
odiar los rituales a la nada
Todo por lo
que habíamos luchado
Espero
regresar en algo genuino
Se aproxima
a algo más estable – o inestable – lleno de colores
Pura física
Nos
aproximamos a las estrellas
Eso espero,
una procedencia más imprecisa…