Notas al Pie de Página: September 2010

Wednesday, September 08, 2010

Litorales plateados


La playa parece de plata con el sol de verano, mientras la tarde aterriza escalas de grises.
Corro en la costa, sin lograr asirlos. En el trote, bajo sombras, los pies se hunden en arena como si fuera vereda movediza, mientras alamedas avanzan, en tramos interminables, como engranajes. Llevo mármol al pecho, como arma innecesaria. Guardaespaldas incómodo, que pesa y agota el trote. Amuleto de metal, como si llevara algo húmedo, un trozo de nylon o un pez extraño en el pulóver, que se deshace en gravilla, rodante y húmeda como lo que abracé y vivía, sin vivir, días que parten en andenes, vibran con motores y ruedas en pasillos de asientos desocupados, entre varias hileras en penumbra, y deslizan, como danza entre ballenas, entre cantos. La gravilla rueda yéndose, en esferas de mercurio.


Pero la playa. La playa esta tarde es de plata con el sol de verano.

A veces me han preguntado de mi medio hermano, tenía bonita sonrisa. La manzana de Adán más marcada que la mía. No sé de psiquiatría, no sabía su enfermedad. También sólo esbozo a mi padre, en una noción que es como foso sin fondo. Mi padre parecía un hombre alegre. Personas valiosas, en la historia, han hecho lo mismo. Pensando el sentido de las cosas, la mantención de lo importante, no me siento mal.
Con respecto a la continuidad, a seguir en un propósito, también uno piensa cuando alguien se sacrifica por uno, y eso da fuerza. Recuerdo a mi madre vendiendo mis libros (poesía, difícil venta), y regresando a casa tarde. Iba a las librerías, al centro, San Diego. Una vez llegó feliz: un librero griego le había comprado varios, y le gustó el diseño de la tapa. Una señora, una vez, me paró en la calle y me dijo que me había leído: el objetivo se había cumplido.
Ya enferma, una vez le pregunté: “pero cómo podría ayudarte”, me contestó: “sigue haciendo lo que haces”.


En bandejones los paisajes son deshabitados, por las tardes, al caminar: a veces no veo a nadie conocido, me gusta pasar inadvertido, evito saludos, necesito los árboles, necesito guardaespaldas.


Veo costas, olas dando chasquidos. En el video de ‘Summerfling’, de KD Lang, aparece una playa, plateada. Buena canción, hace sentir bien. Música sugerente, recuerda los años 60. “Why can't we stay that way? / Climb your favorite apple tree / Try to catch the sun”… Eran buenas las canciones de Richard Wright. Por qué repito lo de la playa, parece estribillo, a veces parece que se ajusta, a veces no.
http://www.youtube.com/watch?v=yZzgoFhLZ5E


Pero la playa. La playa esta tarde es de plata con el sol de verano.

A lo mejor este post puede ser otra franja de color. Un gotero que derrama colores, banderines móviles, Mondrian. Any colour you like… “Dream yourself away / Why can't we reach the sun / Why can't we blow the years away”
Es buena esa batería, desenfadada, casi cariñosa. Cuando estudiaba me gustaba, contrasta con la voz sombría, casi un vahído. “Los primeros años de revolución fueron felices y tumultuosos…”

Camino a casa, desde General Mackenna, donde queda el Colectivo Mapocho, y el taller de poesía, fui conversando con el poeta Hans Stange, docente de la Universidad de Chile. Continuando con el taller, también prepara una exposición sobre un referente poético. Su tema es Ezra Pound y T.S.Elliot. Recuerdo que le pregunté si trataba sobre “Las tierras baldías”, como conexión. Dentro de su enfoque, gramático, parece que desea abordarlos por separado. Me llamó la atención también su conocimiento sobre Kavafis, me pregunto si podré estudiarlo en griego: tengo conocidos que lo recitan.
Al recordar la concentración puesta en Andrés Sabella, me llaman la atención los referentes de otros, y como ven otros.
Fuera del español, mis idiomas son inglés y griego. Mi nivel de alemán es básico, a pesar de que el otro apellido de mi padre lo es. A veces he estado cerca de tramitar pasaporte, por diversos motivos, pero desde luego me gustaría conocer más el idioma.

Galerías, referencias...

La diseñadora, que estaba por titularse, sacó excelente calificación, lo que me alegró mucho. Me gusta cuando otras personas ven otras cosas, así se va enriqueciendo el entorno. Por estos días trato de ver galerías, ver referentes.
Cuando me esfuerzo en algo, al punto de invertir mucho tiempo, pienso en las posibles resoluciones de otro. A veces las presiento, a veces me sorprenden. En el taller de Hugo Molina me pasó una anécdota entretenida: solía llegar a colgar (al edificio blanco, de Alfredo Jünemann) lleno de pintura, con lápices en todos los bolsillos, y con láminas que a veces se plegaban, en ángulos, toda una cosa muy naif, estilo “pintura fresca”, con materialidad muy sólida, dura, y llegué de golpe a la sala encontrándome de frente con láminas blancas, livianas, colgadas en forma traslapada con alambre, dando impresión de profundidad. En esa fisonomía irreconocible, y debiendo colgar al lado de ese compañero, láminas de cartón, quebradas, pintadas con esmalte, pensé: el otro alumno no necesariamente piensa como uno.
¿Cómo ven otros?

http://notasalpiedepagina.blogspot.com